La evolución Económica y Social

La evolución Económica y Social

26.10.2012 21:33

Durante las tres décadas dominó la escena política Porfirio Díaz, el país experimentó transformaciones económicas y sociales muy importantes. La población aumento notablemente.

 

DESARROLLO AGRÍCOLA. Las leyes de colonización y de terrenos baldíos de 1893 propiciaron el despojo de las tierras de los pueblos y las comunidades campesinas. La inmensa mayoría de estas tierras pertenecía a las comunidades indígenas que fueron despojadas brutalmente y en forma ilegal, pues muchas veces sus títulos, otorgados por la corona española, no fueron respetados, y cuando no tenían en orden sus papeles sobre la tierra, con mayor razón eran saqueados.

En 1889 y 1890 nuevas leyes suprimieron la propiedad colectiva e insistie­ron en el establecimiento de la propiedad priva de las tierras de los pueblos. Con ellas se aceleró el despojo de los campesinos.

Las leyes de aguas contribuyeron desde 1888 a fortalecer el poderío de los latifundistas. Para completar el panorama del latifundismo en 1910, apuntamos que 880 mil kilómetros cuadrados, casi la mitad del territorio nacional, estaban en manos de 11 mil hacendados.

Gigantescas extensiones de tierra estaban en manos de latifundistas y compañías extranjeras, la mayoría norteamericanas, más de 40 millones de hectáreas, 22% de la superficie nacional, incluso en la frontera donde estaba prohibido por la ley que tuvieran propiedades los extranjeros.

 Los pueblos y las comunidades poseían el 1% de la superficie cultivable. Hacia 1910 el 90% de las familias campesinas carecía de tierra. Apenas 15% de las comunidades conservaban algo de su tierra. El 90% de las comunidades del altiplano central, la región más densamente poblada, carecía de terrenos de cultivo.

 

 

MINERÍA. Uno de los principales campos de inversión extranjera fue la minería, a ella se destinaba la cuarta parte de su total. La importancia de esta rama de la economía fue tal que "de las 943 empresas establecidas hasta 1906, 310 eran mineras fundidoras; su capital representaba el 20.8% de todas las inversiones".

Hasta 1891-92 se explotó fundamentalmente los metales preciosos: oro y plata; pero a partir de esta fecha fue creciendo la extracción de minerales industriales como cobre, plomo, antimonio, zinc y mercurio. La producción de metales preciosos se multiplicó por cuatro durante el porfirismo; pero aumen­tó más rápido la de cobre, plomo y zinc, que representaban la tercera parte del valor de la producción total al final del porfirismo.

La construcción de ferrocarriles, las leyes de fomento a la minería y el apoyo gubernamental de todo tipo, estimularon el crecimiento de la inversión extranjera en la minería, que quedó controlada por los monopolios: de las 31 compañías mineras más importantes, los norteamericanos poseían 17 y man­tenían el 81% del capital total de la industria; lo seguía el capital inglés con 10 compañías y 14.5% del capital total.

PETRÓLEO. En marzo de 1901 se inició la explotación petrolera en México. La pionera fue la Mexican Petroleum Company fundada por Edward Doheny el "rey del petróleo", que empezó explotando los campos de El Ebano, región cercana a Tampico.

La riqueza de los pozos petroleros mexicanos se hizo legendaria: el 11 de septiembre de 1910 brotó el pozo Casiano 7 que produjo 75 millones de barriles; el 23 de diciembre brotó el Potrero del Llano 4, durante 28 años rindió 117 millones de barriles; el 21 de febrero de 1914 principió a fluir el Zurita 3, que durante 14 años dio 21 millones de barriles a la Sinclair. El Cerro Azul dio a la Huasteca Company 84 millones de barriles de 1916 a 1937.

Conforme a la ley de 1901 a las empresas petroleras se les permitió expropiar los terrenos baldíos y nacionales comprendidos en la llamada Faja de Oro, de Tamaulipas y Veracruz, liberándolas de impuestos. Sólo debían pagar el pequeño del timbre, un 7% de sus ganancias líquidas a la Tesorería General de la Nación y un 3% al estado de Veracruz. De hecho se les regalaron las tierras costeras del Golfo de México. Pearson nunca pagó el impuesto del 10% convenido ni los derechos de importación y exportación a que lo dispen­saba el contrato por más de 20 años.

Mientras que exportaba grandes cantidades de petróleo, al mismo tiempo México era importador de los productos derivados de él. Algunas zonas petroleras conocían cierta derrama económica por las actividades petroleras, pero el resto del país no recibía ningún beneficio.

 

LA BANCA. Bajo la dictadura de Díaz los bancos crecieron en número, influencia y riquezas. Como en casi todos los sectores de la economía, la mayor parte de los propietarios bancarios eran extranjeros; para 1910 los intereses extranjeros po­seían el 80% del capital financiero. Era el capital francés el que dominaba esta actividad, poseía el 45.7% del capital de los 52 bancos principales y controlaban las tres instituciones financiera más importantes: el Banco Nacional de México, el Banco Central Mexicano y el Banco de Londres y México.

 

INDUSTRIA. Varios factores favorecieron al desarrollo industrial durante el porfirismo: la construcción de los ferrocarriles, la creación de un mercado interno más amplio e integrado, el crecimiento demográfico y la inversión extranjera. Hasta 1890 se basaba fundamentalmente en talleres manufactureros y artesanos más o menos grandes, que empleaban métodos manuales y artesanales de produc­ción. A partir de 1890, la presencia de grandes compañías extranjeras, dotadas de maquinaria, técnicas de producción y administración modernas le dieron un empuje más decidido.

Crecieron en forma importante las industrias de bienes de consumo: textil, calzado, peletería, bebidas, papel, vitivinícola, azúcar, alimenticia.

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